Día 19 de Diciembre: El circuito de las 24 horas de Le Mans

Hoy hemos visitado uno de los circuitos más importantes del mundo, pero sin duda alguna por el evento de las "24 horas de Le Mans". La visita ha comenzado con un recorrido por parte de las pistas que recorre el circuito, alguna de las cuales son utilizadas por el público a lo largo del año. A continuación hemos entrado dentro de las instalaciones de control del circuito, viendo las salas de prensa, a la que acuden periodistas acreditados de todo el mundo, y la sala de control de dirección. Las vistas son bastante atractivas desde este lugar. Para finalizar nos hemos sentido como auténticos campeones, al más puro estilo Alonso, y hemos acabado en lo alto del pódium.
Hoy también ha sido un día especial, ya que hemos regresado al Collège a las 12 de la mañana, y hemos tenido la tarde libre para aprovechar las últimas horas junto a los franceses. Mañana será un día duro de regreso a España.

Día 18 de diciembre: París

Y por fin llegó el día esperado, París. Tras superar más de 20 minutos de atasco a la entrada, allá en el perfil de la ciudad la majestuosa torre de hierro nos esperaba. Durante la mañana hemos visitado el Museo d'Orsay, conociendo numerosas obras maestras de la corriente del Realismo e Impresionismo. Muchas de estas obras ya las habíamos visto en los libros de Sociales, pero nada tiene que ver la realidad con lo mostrado en un trozo de papel. Finalizada la visita hemos iniciado un paseo hasta la plaza de Notre Dame, joya del arte gótico. Aquí nos han dejado tiempo libre (unos más que otros 😉) antes de dirigirnos a la Torre Eiffel. Y allí estaba ella, rodeada de protección, pero imponente como siempre. Un poco de paciencia para subir, otro poco de paciencia para bajar, frío de ese que se te mete por todos los lados, pero la infinidad de fotos que nos hemos hecho han valido la pena. Son las 22:30 de la noche, llegamos tarde a Le Mans, pero con ese "sueño cumplido" en la ciudad eterna.

Día 17 de diciembre: Mont St. Michel

Hoy hemos viajado hasta la región de Normandía, a un lugar cargado de historia, simbolismo y magia. Es ir llegando al Mont St. Michel y ya te impregnas de su belleza. Allí estaba, como un bloque de piedra sacado del agua, al que llegamos mediante una "navette" (especie de autobús lanzadera). A continuación atravesamos un trozo de pasarela construida recientemente, para llegar al conjunto histórico donde nos esperaban nuestras guías. Aquí hemos visto su entramado de calles medievales, y ante todo la interminable subida de escaleras que nos llevarían hasta la abadía benedictina, su claustro, su cripta y distintas salas. Una experiencia inolvidable, sus vistas (fotos hay unas cuantas), su arte románico y gótico y por supuesto nuestro momento comida lleno de gustos para todos los paladares.